Sin publicidad no hay Internet pero odiamos la publicidad

“Si es gratis vos no sos el cliente; sos el producto”. No pagamos nada a Google, a Facebook o a Twitter para usar estos servicios porque nosotros no somos sus clientes; somos la materia prima que estos servicios industrializan y venden a los publicistas. Sin publicidad ninguno de estos servicios existiría o habría que pagarlos. 

Pero la publicidad es molesta, sobre todo en Internet, porque además de distraernos demora la carga de las páginas y consume más datos. Y ahora que navegamos desde el celular es mucho peor: la pantalla es más chica, tenemos planes limitados de datos y la carga de la publicidad gasta más batería. El New York Times analizó el costo de la publicidad móvil en varios sitios incluído, en un exceso de celo investigativo, el propio New York Times. La infografía que acompaña la nota es muy ilustrativa. Por ejemplo, para el New York Times, los números son los siguientes: La “Home Page” del diario pesa 3.7 megabytes con publicidad y tarda 7 segundos en cargar; sin publicidad pesa sólo 2.1. megabytes y tarda solo 4 segundos en cargar.

Tan molesta es la publicidad que pocos la miran. Este sitio recopila datos escalofriantes, para los publicistas. Algunos números: sólo el 0,06% clickea una publicidad; el 50% de los clickeos de publicidad en celulares es accidental y ya hay 200 millones de personas que utiliza algún sistema de bloqueo de publicidad. Para peor el “fraude de clicks” (click fraud) parece que es enorme: esta excelente nota señala que hasta un 80% de las impresiones de los anuncios no son hechas por personas sino por “bots”.

No es extraño que los “bots” convivan con apps que bloquean publicidad. Los usuarios no quieren ver publicidad e instalan un “ad-blocker”, pero los publicistas necesitan ojos y pagan a empresas para que redireccionen usuarios a sus sitios. Donde hay mercado también hay trampas: es más fácil convencer a un “bot” que haga click a una publicidad que a un ser humano. Los “bots” no solo sirven para clickear publicidad, porque el tráfico de cualquier  sitio web es un parámetro clave a la hora de obtener publicidad para sus dueños. El tráfico se construye con contenido de calidad y mucha suerte. O se contrata “bots”.

Por si todo esto fuera poco los proveedores de servicios de Internet también serán parte de esta batalla. Hace un par de días una empresa jamaiquina, Digicel Group, anunció que iba a bloquear la publicidad de Google y las redes sociales a sus clientes salvo, claro, que paguen para evitarlo. Esto no es nuevo y es parte de una disputa que viene hace rato, y está lejos de estar terminada (ver neutralidad en la red). Pero esta es la primera vez que un proveedor de datos toma una medida de este tipo. Las compañías que ofrecen “ad-blockers”, por su lado, vienen haciendo esto hace años: ofrecen a los sitios de internet no bloquear sus anuncios contra un pago.

Todo esto genera un problema porque la Internet que conocemos se financia con publicidad y la publicidad no está funcionando. Esto no es nuevo y ya es preocupante: en Internet es muy difícil vivir del contenido que uno produce (recomiendo leer está excelente nota sobre el tema). Pero el futuro puede ser aún peor, o mejor, porque se abren dos escenarios:

El primero es el apocalíptico: en un par de años estaremos pagando para usar Facebook y para acceder a todo tipo de contenido. Y esto no es práctico porque una persona normal podría estar dispuesta a pagar por una o dos suscripciones pero no por las cientos, miles, de posibilidades que tiene hoy. Lo mismo sucede con las estrategias de bloqueo: si se generaliza la costumbre de pagar para evitar que la publicidad sea bloqueada es seguro que Facebook y Google pagarán para evitarlo, pero esa opción seria demasiado costosa para empresas más pequeñas. El resultado sería menos opciones y eso afectaría a Internet y a la libertad de expresión.

El segundo escenario es más color de rosas. En este escenario los publicistas se concentrarán en realizar publicidades más creativas que le den mayor valor a sus destinatarios.  La publicidad será más creativa, dará mayor información a los usuarios y tendrá más de contenido que de publicidad. En este escenario las publinotas (advertorial o native advertising en inglés); el sponsoreo de blogueros y personas influyentes en redes sociales y otros tipos de publicidad reemplazarán a los banners tontos que hoy inundan La Red. En este escenario los consumidores tendremos también que ser consumidores más responsables y entender que si queremos seguir consumiendo contenido gratis tenemos, necesariamente, ser molestados por alguna publicidad.

Fuentes:

Ad Blockers And The Internet Of Tomorrow

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